10. ENCUENTRO CON LA PALABRA DE DIOS

10. ENCUENTRO CON LA PALABRA DE DIOS

Las Conchitas, pinillos Bolívar

6 de marzo de 2008

Institución educativa grado 6°

Bibliografía, constitución dogmatica DEI VERBUM.

DESARROLLO

Quiso Dios en su infinita bondad y sabiduría revelarse a sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad.

La Biblia pala de Dios revelada.

Por medio de su palabra quiso Dios manifestarse a sí mismo y los eternos decretos de su voluntad acerca de la salvación de los hombres, para comunicar los bienes divinos que superan la comprensión de la mente humana.

La Sagrada Escritura y la tradición están íntimamente unidas y compenetradas. La sagrada tradición transmite íntegramente la enseñanza de la palabra de Dios confiada por Cristo y asistida por el Espíritu.

Las verdades reveladas por Dios, que se contiene y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo.

Dios en la Sagrada Escritura habla a los hombres por medio de hombres.

La Sagrada Escritura hay que leerla con el mismo espíritu con que se escribió, para sacar el sentido exacto de los textos sagrados.

El antiguo testamento prepara la venida de Nuestro Señor Jesucristo redentor universal y su reinado mesiánico.

Dios inspiró y formó los dos testamentos dispuso las cosas sabiamente  que en el Nuevo Testamento está latente en el Antiguo Testamento y el Antiguo Testamento está patente el Nuevo Testamento.

La Iglesia ha venerado siempre la sagrada Escritura al Igual que el mismo cuerpo de Cristo, no dejando de tomar de la mesa y distribuir a los fieles el pan de vida tanto de la palabra de Dios como el cuerpo de Cristo, sobre todo en la liturgia.

Es necesario por consiguiente, que toda predicación eclesiástica como la misma religión cristiana, se nutran de la Sagrada Escritura y se rijan por ella, es necesario, que todo sacerdote y catequista que se dedican al ministerio de la Palabra se impregnen de las Escrituras con la lectura asidua y estudios diligentes para que ninguno de ellos resulte predicador vacío y superfluo de la Palabrada Dios, que no la escucha en su interior, puesto que debe comunicarla alos fieles que se les ha confiado.